El reciente apagón vivido en gran parte de España ha vuelto a poner sobre la mesa una pregunta incómoda pero necesaria: ¿Está nuestro hogar inteligente realmente preparadas para afrontar cortes eléctricos?
¿Qué es un SAI y por qué empieza a ser imprescindible?
Un SAI es, en esencia, una batería inteligente que entra en acción cuando se corta la corriente eléctrica. Su función es mantener operativos los dispositivos conectados durante un tiempo limitado, lo suficiente para: guardar documentos o procesos en curso, evitar la caída de sistemas informáticos o domóticos o seguir utilizando dispositivos esenciales como routers, cámaras de seguridad, porteros automáticos o controladores domóticos.
En una vivienda tradicional, un apagón puede ser sólo una molestia. Pero en un hogar inteligente, donde la tecnología lo gestiona casi todo, una interrupción eléctrica puede generar un efecto dominó: puertas que no se abren, cámaras de seguridad que dejan de grabar, redes Wi-Fi caídas y sistemas de climatización que se apagan en pleno invierno.
SAI en casa: más allá de la oficina
¿Cuánto tiempo puede funcionar un SAI?
Tipos de SAI: ¿cuál necesitas para tu hogar?
Elegir el SAI adecuado depende del nivel de protección que desees, del tipo de dispositivos que quieres mantener activos y del entorno donde lo vayas a instalar.
¿Y si lo combinas con domótica?
- El sistema puede priorizar automáticamente qué dispositivos mantener encendidos.
- Se puede recibir una notificación en el móvil del usuario con el estado de la energía.
- Se activan rutinas de ahorro o emergencia programadas.
- Se activa la batería solar, si está disponible.
Consumo e inversión
Una ventaja poco comentada de los SAI es que también ayudan a reducir el consumo energético a largo plazo. Al estabilizar la tensión eléctrica, evitan picos de consumo innecesarios y protegen la vida útil de los equipos conectados, lo que se traduce en menor mantenimiento, menos averías y un sistema doméstico más eficiente.
En resumen…
Un hogar inteligente no lo es por estar conectado, sino por estar preparado para lo inesperado. Y eso incluye los apagones.